Polo Educativo María Elena Walsh - Continuidad Recíproca

UBICACIÓN: Barrio 31, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

 

PROYECTO

Matías Imbern

Andrés Bertoni

Manuel Bianchi

Rodrigo Salgado

 

EQUIPO

Andrés Acosta

Federico Bergese

Lisandro Fernandez

Constanza Marchisio

Agustin Ramonda

 

 

AÑO 2016

 

MEMORIA DESCRIPTIVA:

 

ESTRATEGIA URBANA

Las premisas instigadas en las bases del concurso para el Polo Educativo Maria Elena Walsh presentan un claro objetivo: sumar un nuevo y valioso factor de urbanidad que posicione y potencie al Barrio 31 a escala urbana y arquitectónica.

 

En simultáneo, el proyecto debe asumir otro desafío intrínseco: Revitalizar un área degradada y dar lugar a una nueva centralidad. En definitiva, convertirse en el ícono del cambio y la integración del Barrio 31 con la Ciudad. Estas características lo vuelven un edificio insignia, en el cual la sociedad se refleje e identifique, como parte de su actual plan de desarrollo.

 

Como posicionamiento disciplinar, lejos de adoptar una visión nostálgica o romántica del barrio, el edificio se implanta como símbolo de un nuevo modelo urbano que traccione y extienda los beneficios de la centralidad. Se apuesta por una imagen innovadora, en la que predomina la expresión de la estructura de acero, en conjunto con el aluminio y el vidrio, como materiales característicos de la contemporaneidad. Sin embargo, son a su vez materiales reflectivos del contexto en el cual se los implanta, con el objeto que puedan tomar los colores y las texturas características del barrio. Se apuesta a la renovación y reconversión del entorno construido, un paisaje urbano a consolidar.

 

El testimonio del barrio y su proyección contemporánea son entendidos como provocadores de Arquitectura y Urbanidad en el desarrollo de nuevos escenarios de vida social que sustenten los conceptos de diseño del proyecto.

 

 

ESTRATEGIA PAISAJÍSTICA

Siguiendo los lineamientos del Plan Treinta y Todos, y sumando al esfuerzo de realización del corredor ecológico sobre la actual traza de la autopista Presidente Arturo Illia, se piensa como contexto inmediato del proyecto un parque productivo/recreativo en los actuales terrenos de YPF, en contacto directo con las 1200 viviendas de las familias a relocalizar, a implantar allí.

 

En esa línea de pensamiento, se genera una meta-topografía como basamento del edificio, disponiendo el ingreso principal al edificio hacia el Este, en contacto con dicho parque. El atrio, ubicado en el primer nivel, funciona como una plaza de encuentro, en la cual confluyen tanto los habitantes del barrio, como así también todos los empleados del ministerio y los usuarios del mismo.

 

La implantación del edificio en un sector de la ciudad donde la traza de calles es no convencional, debe ser atendida de forma acorde, entendiendo la cota cero como una plataforma sin desniveles, indivisa donde se prioriza el contacto entre el barrio, el edificio y el futuro parque, y en la cual la circulación vehicular es manda-peatón, direccionada por pretiles.

 

ESTRATEGIA PROGRAMÁTICA

Como punto de partida de la organización del programa funcional, se establece ubicar las escuelas en la planta baja, utilizándolas como dispositivos intercambiadores con el tejido urbano. A su vez, las mismas se disponen en el perímetro, deliberadamente extrovertidas y en contacto directo con la vía pública, entendiendo y exhibiendo a la educación pública como una derecho sinérgico de los habitantes del Barrio 31.

 

En los niveles de subsuelo se ubican las cocheras, con capacidad para 378 vehículos, distribuidos en dos niveles, cuyo acceso se coloca sobre la calle de acceso actual al predio, Carlos Perette. En los niveles superiores, utilizando la escuela como podio, se ubican las oficinas del Ministerio. La flexibilidad programática es una propiedad considerada fundamental para el correcto funcionamiento de los programas de usos mixtos en un mundo contemporáneo en el cual las demandas sociales mutan de forma continua. Esta necesidad de flexibilidad se ve potenciada para las oficinas, un programa que usualmente es reconfigurado en concordancia con los cambios tecnológicos de procesamiento de datos y atención al público, en constante evolución. Es por ello que para acomodar el programa se utiliza como estrategia una rampa en forma de espiral continua, con una pendiente promedio que no supera el 1,9%, siendo prácticamente imperceptible al caminar, y sumamente eficiente para el correcto desarrollo de las oficinas. Los espacios de trabajo se organizan en torno a un vacío central bañado de iluminación cenital natural. Para complementar el sistema circulatorio, una serie de puentes atan los distintos niveles y programas generando “atajos” que incentiven la circulación peatonal por sobre los medios de transporte mecánicos.

 

A partir de la conjunción de dos factores: Los espacios de trabajo, concebidos como open-offices y la baja altura del entorno construido; el edificio se convierte en un espacio de contemplación 360 grados hacia las vistas privilegiadas de la Ciudad, desde su contacto con el Río de la Plata, el Puerto, el Barrio 31, el sistema infraestructural de Retiro y el Skyline característico de la Avenida del Libertador. Una serie de terrazas perimetrales permiten descomprimir el espacio exterior actuando como espacios de ocio y acentuando la condición de mirador urbano.

 

 

ESTRATEGIA ESTRUCTURAL

La estructura se concibió con un claro objetivo: obtener una buena resolución del proyecto sobre la base de que la concepción espacial de un edifico depende también de su concepción resistente. Las necesidades funcionales del edificio (open-office) dan paso a una tipología edificatoria singular e innovadora sin pilares en la caja operativa del edificio multifuncional. En síntesis, la estructura define la espacialidad y la imagen del edificio. Para ello se utiliza un sistema tectónico conformado por una serie de vigas Vierendeel perimetrales de doble nivel de altura, las cuales descargan de forma recíproca unas a otras, para resolver la espiral espacial-programática. Se apela al desarrollo del potencial de la fachada portante como sistema configurador del edificio. De forma complementaria, en el vacío central se conforma un núcleo estructural continuo de vigas Vierendeel de simple nivel.

 

Para la escuela y las cocheras se optó por una estructura de hormigón in-situ, sacando provecho de la modulación rigurosa que requieren dichos espacios. La transición se produce sobre planta baja, y el espacio intersticial entre ambos sistemas se utiliza para alojar equipos técnicos.

 

En efecto, la estructura adquiere, además de su función estática y resistente, un destacado papel en el diseño y la composición arquitectónica del proyecto, influyendo de forma determinante el concepto estructural en la imagen de vanguardia del edificio.